Como un grupo de estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad de Chile,
manifestamos a la comunidad universitaria lo siguiente:
1.- Nos molesta la apatía por parte de la gran mayoría del estudiantado con respecto a las reformas que se están llevando a cabo en la Universidad de Chile, puesto que la indiferencia y la ignorancia son aspectos necesarios para imponernos el rol de clientes, es decir el de meros sujetos que consumen un servicio y un prestigio otorgado por esta casa de estudios. Nos molesta pues consideramos que este tipo de sujetos es el ideal para la implementación de políticas orientadas hacia la mercantilización de la educación superior.
2.- Nos parece aún más preocupante el silencio por parte de nuestros académicos con respecto a estos mismos temas, ya que tal como lo señalan los estatutos de la Universidad de Chile en su articulo Nº 6, “el estamento de académicos tiene un rol primordial en el cumplimiento de las funciones fundamentales de la Universidad de Chile y, por lo tanto, en la deliberación, diseño y aplicación en las políticas institucionales”. Nos preocupa, por tanto, que las decisiones respecto a la reforma de pregrado sean tomadas sin considerarse la opinión de quienes están en directa relación con el desarrollo de las diversas disciplinas y de quienes terminarán aplicando en las aulas dicha reforma. En definitiva nos preocupa que dicha opinión ni siquiera haya sido manifestada.
3.- Nos parece absurdo que se use como principal argumento para la implementación de la reforma de pregrado a la “globalidad” de dicho proceso, puesto que dicha globalidad sólo hace referencia al proceso iniciado en Europa, con el acuerdo de Bolonia, que implica la homogeneización de los estudios superiores, cambios en la metodología docente, renovación de planes de estudios entre otras transformaciones. Este argumento no hace más que evidenciar las relaciones paternalistas, en tanto a la producción de conocimiento, en la que históricamente hemos sobrevenido como periferia tercer mundista y que en el pasado ha resultado en la implementación de políticas que no se ajustan a las necesidades y características propias de nuestra cultura.
4.- Nos molesta la facilidad con que “una mejor calidad de la educación” se ofrece como solución. Nos preocupa el que los criterios de calidad se conviertan en rígidos y poderosos modelos de educación, socavando la diversidad de los estudios universitarios. Consideramos riesgoso aceptar de tan buena manera que se instaure un único modelo, consistente en la tecnificación, que guíe los propósitos de las instituciones universitarias.
5.- Nos molesta el debilitamiento de una de las bases teóricas impulsada por la reforma del pregrado, menoscabada por una formación centrada en la adquisición de “habilidades, destrezas y competencias”, pues en dicho proceso se pasa por alto la necesidad de preservar y transmitir saberes que forman parte de nuestra propia producción cultural y que no se relacionan directamente con intereses mercantiles o simplemente no se ajustan a dicho criterio performativo.
6.- Siguiendo el punto anterior, nos inquieta el riesgo de un agotamiento del desarrollo de la disciplina, provocado por una reforma que, al menos en la teoría, nos da las herramientas para aplicar técnicamente nuestros conocimientos en el mundo laboral, pero que deja un profundo vacío en todo aquello que tiene que ver con la producción de conocimientos, ya sean teóricos o técnicos, propios de la disciplina. Consideramos que la universidad no debe reducirse sólo a un espacio para la formación de profesionales, limitándose a la reproducción de conocimientos, sino que debe entregar las herramientas necesarias para la formación de investigadores. Nos oponemos a una reforma que debilite nuestra formación tanto en el área metodológica como teórica y que, en consecuencia, constriña aun más nuestras posibilidades de desempañarnos como generadores de un corpus de conocimientos que sea un significativo aporte a nuestra disciplina. Nos alerta y confunde el hecho de que a sabiendas de la necesidad de producción de investigaciones por parte de docentes y estudiantes, se pase por alto la posibilidad de que tal necesidad quede aún más insatisfecha producto de una insistente tecnificación.
7.- Nos preocupa que como resultado de esta misma reforma el perfil de psicólogo que promueve nuestra universidad corresponda al de un técnico, cuya principal finalidad sea su incorporación en el mercado laboral y por tanto se privilegien el desarrollo de conocimientos orientados a satisfacer demandas empresariales en desmedro de aquellos que puedan favorecer a la sociedad en su conjunto. Consideramos, además que esta tecnificación de las carreras enfatiza un aprendizaje práctico por imitación, antes que un aprendizaje por comprensión.
8.- Nos preocupa que las “habilidades, destrezas y competencias” para la investigación y la producción teórica pasen del Pregrado al Postgrado, haciendo del primero un mero trámite para ingresar al mundo laboral. Nos preocupa que se debilite el Pregrado a favor del Postgrado, por el simple hecho de que para las arcas universitarias este último sea mucho más rentable, puesto que consideramos que dicho proceso se ajusta a la necesidad de adaptarse a una política de autofinanciamiento más que a necesidades derivadas del desarrollo de nuestra disciplina y/o de los estudiantes. En base a esto nos oponemos a un proceso en el que el punto de diferencia en la calificación de un psicólogo esté en un título de postgrado, ya que las posibilidades de acceso a este tipo de educación están determinadas principalmente por factores económicos. Nos oponemos a que el Pregrado se financie, en parte, a través del Postgrado, legitimando de facto la necesidad de que este último sea un negocio. En síntesis, consideramos que la reforma lo que hace es tecnificar nuestras carreras, debilitando al Pregrado y limitando nuestro ulterior desarrollo en la disciplina por el acceso al Postgrado, sin que se tengan claras la formas en que como alumnos podremos financiar dicho acceso. De esta forma el desarrollo de nuestra disciplina quedará en manos de quienes tengan posibilidades de financiar un magíster o un doctorado y no en aquellos que demuestren a través de sus meritos académicos una mayor capacidad para llevar adelante la tarea de generar nuevos conocimientos.
* Este documento fue escrito por tres estudiantes de la carrera de psicología de la Universidad de Chile, los cuales no conforman ninguna agrupación política. Las firmas de agrupaciones que parecen en el documento escrito corresponden a entidades ficticias. El mail de los que escribieron este manifiesto es el que aparece al hacer click aquí.
Más sobre los autores del texto: Alex, Rabindranath y un tercer sujeto que ahora no se siente representado (está linkeado en este blog, pero más no puedo decir). Este documento, o más bien las ideas de quienes las expresan, están en permanente construcción y no responde a una idea fija ni anclada a nuestras personas.Para bajar el manifiesto completo (download)-->
http://rapidshare.com/files/51473691/manifiesto_reforma_pregrado.doc.html