Exclusión Social y Estereotipos. Análisis de la Exclusión de ladrones de tienda por parte de guardias. (Parte 1)
(Este es un trabajo en construcción, es un avance del marco teórico de la investigación). Santiago, Octubre 2006
Introducción
Se puede decir que los grupos psicosociales establecen el eslabón entre el individuo y la sociedad. Según Bar-tal (1990) la característica definitoria de un grupos son sus creencias grupales. Ahora bien, las creencias grupales pueden anudarnos en torno a una convicción compartida y definitoria de nuestra pertenencia grupal, pero cuando se define lo que nos caracteriza como miembros de un grupo, establecemos el polo de lo excluido del grupo. Podría pensarse que es una actividad inherente a la conformación de grupos psicosociales la generación de su alteridad, en la medida en que las creencias grupales van a ser los limites y la barrera de cada grupo. Habría que poder definir cuando estos límites van a potenciar las diferencias, y a partir de allí, establecer qué podría ser la exclusión social.
Si se puede afirmar, respecto a la exclusión social, que “(…) las personas normales no consideran correcto perjudicar a otras personas, a menos que hayan sido previamente excluidas de su «comunidad moral»” (Morales, 2003) sería posible identificar practicas de exclusión en cualquier actividad social que implique alguna clase de perjuicio.
Entonces, cuando la Revista de la Cámara de Comercio de Santiago (2006) escribe: “Uno de los principales delitos que sufre la industria es el robo hormiga, sólo los supermercados pierden año a año más de US$ 200 millones por este flagelo” (CCS , 2006); o cuando esa misma institución llama al seminario «Reforma Procesal Penal: Evaluación del Primer Año», que cuenta con la presencia de un Psiquiatra para abordar «el perfil psicológico del ladrón de tiendas» (CCS, 2006), se podría decir que se están generando intentos por crear una frontera moral. Aquí se identificaría el perjuicio como un perjuicio económico, que afecta a ciertas entidades comerciales, y por lo tanto, las formas de exclusión social que de ese fenómeno pudieran surgir estarían inmersas en un conflicto de intereses.
Ahora bien, si se traduce este conflicto de intereses desde la esfera legal y comercial (a nivel de la cual se realizan seminarios y se debate en los medios de comunicación) a la esfera de la vida cotidiana, se esperaría que existiesen prácticas sociales de exclusión legitimadas por las instituciones comerciales afectadas (o potencialmente afectables) a las que sus empleados estuviesen adscritos.
El presente estudio buscará investigar las posibles prácticas de exclusión social que puedan ser ejercidas por empleados de locales comerciales de la región metropolitana, a través del análisis de sus descripciones y procedimientos. Con este objeto, el grupo de estudio quedará reducido a los empleados a cargo de labores de seguridad en supermercados, por su directa relación con el problema del hurto en dichos locales. Se esperaría que pudiesen ser identificadas diversas prácticas de exclusión social en dichos sujetos, dado que, en su labor, la identificación preventiva de posibles hurtos toma un rol fundamental. Solo así toman sentido descripciones como:
“(…) tal y como se procede en forma ordinaria, en el presente caso, la imputada fue seguida por las cámaras y/o los guardias de seguridad antes de su detención, habiendo sido informado, a lo menos, cinco minutos antes de esta de la presencia de la mujer al interior del Supermercado.” (Fernández, 2004).
El estudio del discurso y comportamiento de los sujetos del grupo de estudio se haría fundamental para detectar si efectivamente se está en presencia de un fenómeno de exclusión social. Para ello se seguirá la sintomatología de la exclusión social en la vida cotidiana elaborada por Morales y Huici (2003).
Solo entonces se podría poner en cuestión la normalidad de los diversos procedimientos preventivos que puedan utilizar los encargados de seguridad, así como tratar de dilucidar sus posibles efectos y las distintas formas de legitimación en las que se basan.
Pregunta
¿Es posible encontrar prácticas de exclusión social en encargados de seguridad de locales comerciales de la Región Metropolitana, ya sea a nivel de criterios subjetivos o de prácticas institucionales? Si es que dichas prácticas existen, ¿cómo son legitimadas?
Relevancia
Bajo la suposición de que no debe haber una gran diferencia entre los criterios de exclusión entre los encargados de seguridad y la mayoría de los miembros del conjunto social, conocer tales criterios permitirá aproximarse a quiénes el conjunto social excluye, o a qué grupos sociales excluye. Esta suposición se basa en que el entrenamiento de los guardias sería para detener los actos delictivos, y la discriminación social como mecanismo preventivo sería más bien algo que aprenderían con la experiencia.
Esto abre una discusión sobre cómo los estereotipos y prejuicios pueden afectar ciertos grupos, y si aquellos criterios concuerdan con la realidad, es decir, y considerando nuestro caso, si los criterios de exclusión como medios de prevención contra actos delictuales son realmente útiles para evitarlos.
Esto pudiese servir como conocimiento para analizar si las prácticas de exclusión social realmente se legitiman en la medida que cumplen sus propósitos (explícitos al menos) o si se legitiman en otro tipo de fundamentos.
Identificados los excluidos, se hace importante conocer que consecuencias, afectivas y prácticas, les trae la discriminación en una parte de la vida cotidiana tan recurrente como abastecerse en un local comercial.
Otro punto susceptible a discusión, que puede analizarse si los efectos de la exclusión en verdad representan un problema para los excluidos, alude a que tan internalizados y mecanizados están estos criterios de exclusión, y si los exclusores son conscientes de los mismos. Esto podría entenderse también mediante las preguntas: ¿Hasta que punto es justificable discriminar a ciertas personas, a favor del beneficio de otras; beneficio que, en última instancia, es sólo un asunto de más o menos dinero? Y si los encargados de seguridad se han planteado esto ¿Que circunstancias, tanto prácticas como ideológicas, mantienen la continuidad de estos cursos de acción?
Se puede decir que los grupos psicosociales establecen el eslabón entre el individuo y la sociedad. Según Bar-tal (1990) la característica definitoria de un grupos son sus creencias grupales. Ahora bien, las creencias grupales pueden anudarnos en torno a una convicción compartida y definitoria de nuestra pertenencia grupal, pero cuando se define lo que nos caracteriza como miembros de un grupo, establecemos el polo de lo excluido del grupo. Podría pensarse que es una actividad inherente a la conformación de grupos psicosociales la generación de su alteridad, en la medida en que las creencias grupales van a ser los limites y la barrera de cada grupo. Habría que poder definir cuando estos límites van a potenciar las diferencias, y a partir de allí, establecer qué podría ser la exclusión social.
Si se puede afirmar, respecto a la exclusión social, que “(…) las personas normales no consideran correcto perjudicar a otras personas, a menos que hayan sido previamente excluidas de su «comunidad moral»” (Morales, 2003) sería posible identificar practicas de exclusión en cualquier actividad social que implique alguna clase de perjuicio.
Entonces, cuando la Revista de la Cámara de Comercio de Santiago (2006) escribe: “Uno de los principales delitos que sufre la industria es el robo hormiga, sólo los supermercados pierden año a año más de US$ 200 millones por este flagelo” (CCS , 2006); o cuando esa misma institución llama al seminario «Reforma Procesal Penal: Evaluación del Primer Año», que cuenta con la presencia de un Psiquiatra para abordar «el perfil psicológico del ladrón de tiendas» (CCS, 2006), se podría decir que se están generando intentos por crear una frontera moral. Aquí se identificaría el perjuicio como un perjuicio económico, que afecta a ciertas entidades comerciales, y por lo tanto, las formas de exclusión social que de ese fenómeno pudieran surgir estarían inmersas en un conflicto de intereses.
Ahora bien, si se traduce este conflicto de intereses desde la esfera legal y comercial (a nivel de la cual se realizan seminarios y se debate en los medios de comunicación) a la esfera de la vida cotidiana, se esperaría que existiesen prácticas sociales de exclusión legitimadas por las instituciones comerciales afectadas (o potencialmente afectables) a las que sus empleados estuviesen adscritos.
El presente estudio buscará investigar las posibles prácticas de exclusión social que puedan ser ejercidas por empleados de locales comerciales de la región metropolitana, a través del análisis de sus descripciones y procedimientos. Con este objeto, el grupo de estudio quedará reducido a los empleados a cargo de labores de seguridad en supermercados, por su directa relación con el problema del hurto en dichos locales. Se esperaría que pudiesen ser identificadas diversas prácticas de exclusión social en dichos sujetos, dado que, en su labor, la identificación preventiva de posibles hurtos toma un rol fundamental. Solo así toman sentido descripciones como:
“(…) tal y como se procede en forma ordinaria, en el presente caso, la imputada fue seguida por las cámaras y/o los guardias de seguridad antes de su detención, habiendo sido informado, a lo menos, cinco minutos antes de esta de la presencia de la mujer al interior del Supermercado.” (Fernández, 2004).
El estudio del discurso y comportamiento de los sujetos del grupo de estudio se haría fundamental para detectar si efectivamente se está en presencia de un fenómeno de exclusión social. Para ello se seguirá la sintomatología de la exclusión social en la vida cotidiana elaborada por Morales y Huici (2003).
Solo entonces se podría poner en cuestión la normalidad de los diversos procedimientos preventivos que puedan utilizar los encargados de seguridad, así como tratar de dilucidar sus posibles efectos y las distintas formas de legitimación en las que se basan.
Pregunta
¿Es posible encontrar prácticas de exclusión social en encargados de seguridad de locales comerciales de la Región Metropolitana, ya sea a nivel de criterios subjetivos o de prácticas institucionales? Si es que dichas prácticas existen, ¿cómo son legitimadas?
Relevancia
Bajo la suposición de que no debe haber una gran diferencia entre los criterios de exclusión entre los encargados de seguridad y la mayoría de los miembros del conjunto social, conocer tales criterios permitirá aproximarse a quiénes el conjunto social excluye, o a qué grupos sociales excluye. Esta suposición se basa en que el entrenamiento de los guardias sería para detener los actos delictivos, y la discriminación social como mecanismo preventivo sería más bien algo que aprenderían con la experiencia.
Esto abre una discusión sobre cómo los estereotipos y prejuicios pueden afectar ciertos grupos, y si aquellos criterios concuerdan con la realidad, es decir, y considerando nuestro caso, si los criterios de exclusión como medios de prevención contra actos delictuales son realmente útiles para evitarlos.
Esto pudiese servir como conocimiento para analizar si las prácticas de exclusión social realmente se legitiman en la medida que cumplen sus propósitos (explícitos al menos) o si se legitiman en otro tipo de fundamentos.
Identificados los excluidos, se hace importante conocer que consecuencias, afectivas y prácticas, les trae la discriminación en una parte de la vida cotidiana tan recurrente como abastecerse en un local comercial.
Otro punto susceptible a discusión, que puede analizarse si los efectos de la exclusión en verdad representan un problema para los excluidos, alude a que tan internalizados y mecanizados están estos criterios de exclusión, y si los exclusores son conscientes de los mismos. Esto podría entenderse también mediante las preguntas: ¿Hasta que punto es justificable discriminar a ciertas personas, a favor del beneficio de otras; beneficio que, en última instancia, es sólo un asunto de más o menos dinero? Y si los encargados de seguridad se han planteado esto ¿Que circunstancias, tanto prácticas como ideológicas, mantienen la continuidad de estos cursos de acción?
César Castillo V.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.
1 comentario:
Bibliografía (hasta el momento)
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Testimonio de “mechero” en articulo del Diario Austral: http://www.diarioaustral.cl/site/edic/20030711210851/pags/20030712012202.html
Testimonio de guardia de seguiridad. Ibid.
Valdivieso, P. (2003a) Estreotipos, una realidad ineludible. Apunte de Clases.
Valdivieso, P. (2003b) Traducción y comentarios al texto: El rol de estereotipar en la justificación del sistema y la producción de falsa conciencia. Jost, J. & Banaji, M.
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