miércoles, diciembre 27, 2006

DISCOS DE RAP (BAJALOS PRONTO HASTA AGOTAR STOCK)

Afrika Bambaataa & Soul Sonic Force - Planet Rock The Album-1986

1. Planet Rock
2. Looking For The Perfect Beat
3. Renegades Of Funk
4. Frantic Situation
5. Who You Funkin' With?
6. Go Go Pop
7. They Made A Mistake

BAJALO aqui.
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THE ROOTS - INSTRUMENTAL ALBUM - LIMITED EDITION
01. Distortion To Static
02. What They Do03. Proseed II
04. Concerto Of The Desperado
05. Adrenaline
06. Clones
07. Da Lesson I
08. Section
09. Da Lesson II
10. U.N.I.verse At War
11. Respond-React
12. Sweetback (Au Natural)
13. Represents
14. Proseed Without A Pause
15. Distortion To Static (At Ease Remix)

Para bajar, haz lo tuyo aqui.

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JUSTUS LEAGUE - wjlr radio vol. 1
01 - nicolay - beat 1
02 - thyrd day – fantastic
03 - il will - so far
04 - defcon & phonte - almost genuine
05 - chaundon - f u pay me
06 - big pooh - don't speak
07 - median - nation within a nation08 - thyrd day - rock music
09 - little brother - let's move
10 - nicolay - beat 2
11 - busy signals - fresh like cear gel
12 - i plus i - love.life.music (nicolay remix)
13 - thyrd day – memories
14 - khrysis - get paid
15 - phonte – apologies
16 - sean boog - u express
17 - kevin h ill - a letter to sick
18 - slack - broken angel
19 - chaundon - far away
20 - big pooh - heart of the city
21 - thyrd day - keep shinin
22 - median - median alleviates the drama
23 - spectac - that's us (9th wonder remix)
24 - busy signals - buckle down (feat har mar superstar & phonte)
25 - thyrd day – superstars
26 - common - i gotta right ta (nicolay remix)

Para BAJAR --> aqui.

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Immortal Technique

Immortal Technique - Behind the bars (2005)

01-immortal_technique-creation_and_destruction_(instrumental)
02-immortal_technique-dominant_species_(instrumental)
03-immortal_technique-positive_balance_(instrumental)
04-immortal_technique-beef_and_broccoli_(instrumental)
05-immortal_technique-spend_some_time_remix_(instrumental)
06-immortal_technique-dance_with_the_devil_(instrumental)
07-immortal_technique-the_prophecy_(instrumental)
08-immortal_technique-understanding_why_(instrumental)
09-immortal_technique-no_mercy_(instrumental)
10-immortal_technique-the_illest_(instrumental)
11-immortal_technique-the_point_of_no_return_(instrumental)
12-immortal_technique-harlem_streets_(instrumental)-godj
13-immortal_technique-industrial_revolution_(instrumental)
14-immortal_technique-crossing_the_boundary_(instrumental)
15-immortal_technique-internally_bleeding_(instrumental)
16-immortal_technique-the_cause_of_death_(instrumental)
17-immortal_technique-leaving_the_past_(instrumental)
18-immortal_technique-you_never_know_(instrumental)
19-immortal_technique-bin_laden_(instrumental)
20-immortal_technique-bin_laden_(remix)_(instrumental)

Para BAJAR: aqui.
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Immortal Technique – The 1st passage (2006)
01. seeds of sound intro
02. coast control
03. learning from latin america feat. mumia abu jamal
04. freestyle (produced by kno)
05. radio°active
06. prank call
07. treason feat. akir (dirty as fuck)
08. geniewiz unspeakable remix
09. the war vs. us all feat. mumia abu jamal
10. virtuosic veracity
11. wax 42 freestyle feat. akir & diabolic
12. slam from the streets round 2 - immortal technique vs. smoke dizza
13. slam from the streets final - phenomeron vs. immortal technique
14. harlem streets official remix

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Rap Latino

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Actitud Maria Marta - Actitud Maria Marta (2003)
01 - Hijo Mio
02 - Asi esta la Cosa
03 – Destino
04 - Dragona del Hip Hop
05 - La Bomba Mata
06 - Funky Hip Hop
07 – Revolucion
08 – Resurrección
09 – Latinoamericano
10 – Demoni
11 - Combinacion Cuba-Argentina
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Sistema Negro - Bem vindos ao inferno (1994)
01 sistema negro - introduçao
02 - bem vindos ao inferno
03 - sexo fragil
04 - menssagem para otarios
05 - o poder da rima
06 - cada um por si
07 - nos somos pesados
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YA ME CANSÉ MAÑANA HAY MÁS (INCLUIRÉ ALGO DE SOUL....)

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viernes, diciembre 08, 2006

Vivir para contarlo - VIOLADORES DEL VERSO

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lunes, diciembre 04, 2006

Exclusión Social y Estereotipos. Análisis de la Exclusión de ladrones de tienda por parte de guardias. (Parte 4)

Marco Teórico



Prejuicios: causas y procesos.

Respecto a los prejuicios, podemos decir que este concepto también debe entenderse como uno de difícil tratamiento por la fuerte implicancia tanto moral y social que posee.
El prejuicio puede entenderse en términos positivos o negativos: se pueden tener prejuicios a favor o en contra de ciertos grupos. Sin embargo, la clase de prejuicios que más se estudian, por sus consecuencias, son los negativos. Según Bastide (1970) el prejuicio es “(…) un conjunto de sentimientos, de juicios y, naturalmente, de actitudes individuales que provocan – o al menos favorecen, y en ocasiones simplemente justifican – medidas de discriminación” (p. 16). Así, el prejuicio estaría siempre relacionado a procesos que justifican o provocan fenómenos de separación, segregación y explotación de un grupo por otro. Para Aronson (1975) el prejuicio esta relacionado a los estereotipos, en tanto entiende prejuicio como “(…) una actitud hostil y negativa hacia un grupo distinguible basada en generalizaciones derivada de información imperfecta o incompleta” (p.183). La generalización de características a un grupo sería «estereotipar»; o sea, se asignan idénticas características a los miembros de un grupo, sin tomar en cuenta las variaciones individuales. Como mencionamos anteriormente, estereotipar es un modo de simplificar nuestra visión del mundo.

La atribución como una forma específica de estereotipar, también estaría unida al problema de los prejuicios. Si en el proceso de atribución buscamos causas inferidas a partir de comportamientos observados en otros, dicho proceso nos exige ir más allá de la información disponible. Por ello, debemos interpretar causalmente las acciones, pero siendo así estas interpretaciones pueden ser erróneas o apropiadas, funcionales o disfuncionales (Aronson, 1975). Se ha establecido que la gente utiliza atribuciones que sean consistentes con sus creencias o prejuicios; pero, a su vez, el prejuicio no solo influirá sobre sus inferencias y conclusiones, sino que permitirá que estas inferencias (quizá erróneas) justifiquen e intensifiquen sus sentimientos negativos. O sea, “El prejuicio da lugar a particulares tipos de atribuciones negativas o estereotipos, que a su vez intensifican dicho prejuicio” (Aronson, 1975, p. 186). Ello explicaría la existencia de prejuicios lo suficientemente arraigados como para que la experiencia que los invalida no sea tomada en cuenta.

Todas las personas poseen alguna clase de prejuicios, en tanto muchos de estos son parte de lo que Bem y Bem (1970, en Aronson, 1975) consideran una ideología no consciente, o sea creencias implícitas que no podemos reconocer porque ni siquiera podríamos suponer una visión alternativa del mundo. Dichos prejuicios tienden a verse perpetuados por pautas de premio a su cumplimiento y castigo a su contravención.

Como hemos visto respecto a los estereotipos, los prejuicios podrían tener sus causas en necesidades psicológicas de autojustificación y de status o poder. Sin embargo, para Aronson (1975) se deben considerar cuatro principales factores respecto a los prejuicios:

En primer lugar, el prejuicio podría ser causado por competencia económica y política (Aronson, 1975), dado que los recursos son escasos, los prejuicios podrían ser rentables para alguna persona. Un grupo intentará descalificar y denigrar a otro grupo para obtener una ventaja material sobre éste. Se ha demostrado que las actitudes de prejuicio tienden a crecer en momentos de tensión y cuando existe algún conflicto respecto a fines recíprocamente excluyentes, ya sean económicos, políticos o ideológicos. Esto puede apreciarse en momentos en que la competencia por empleos escasos, sumado a variables familiares y de educación, produce drásticos aumentos de la discriminación, estereotipos y prejuicios.

Por otro lado, la causa del prejuicio puede relacionarse con la teoría psicoanalítica de la agresión-frustración de Dollard (Bastide, 1970). Según esta teoría, las experiencias de frustración conducen a una agresión específica, o sea, una agresión contra alguien específico que odiamos. Esto significa que los miembros de un grupo frustrado desplazaran su agresión sobre otros individuos relativamente inermes y odiados. La forma que adopte esta agresión dependerá de los mecanismos que el grupo apruebe: por ejemplo, en el sur de Estados Unidos los linchamientos a los afroamericanos aumentaban a medida que la depresión afectaba negativamente el precio del algodón (Aronson, 1975).

En tercer lugar, se puede hablar de características de personalidad que predisponen a ciertas personas al prejuicio (Aronson, 1975). A este respecto los estudios de Adorno y cols. (1950, en Aronson, 1975) denominaron a estos individuos como «personalidades autoritarias»: “(…) una personalidad rígida, que carece de la necesaria flexibilidad de espíritu para adaptar su comportamiento a la evolución de las estructuras de una sociedad (…)” (Bastide, 1970). La etiología de esta personalidad sería una infancia muy insegura y dependiente de sus padres, a los que teme y odia inconscientemente. Estos infantes se harían adultos con una rabia contenida que, producto del miedo e inseguridad, transformarían en agresión desplazada sobre grupos inermes, mientras que, por otro lado, conservarían un respeto a la autoridad. Sin embargo, estas teorías, aunque han ayudado a la comprensión del fenómeno, no permiten establecer causalidad dado que se basan en datos correlacionales.

Finalmente, se hablaría de una causa del prejuicio enraizada en el conformismo (Aronson, 1975). Según Petttigrew (1958, en Aronson, 1975) en muchos casos las personas que usan prejuicios están plegándose a las normas vigentes en su sociedad, o sea los prejuicios podrían remitirse al conformismo frente a estas normas. Serían las normas las que estarían cargadas de prejuicios, y las personas que asumen estas normas, asumen los prejuicios que contienen, lo que se suma a que, generalmente, no poseen datos precisos o solo tienen información que los hace tender al error: “Las personas asumen actitudes negativas sobre la base de meros rumores” (Aronson, 1975, p.203). Las sociedades podrían producir creencias prejuiciosas por medio de leyes o normas; por ejemplo, una norma carcelaria no permitía a los presidiarios blancos trabajar en lugares públicos, pero si lo permitía para los negros, lo que ayudaba a que la población blanca supusiera que los negros cometían más crímenes.

Para finalizar, quisiéramos mencionar los aspectos cognitivos que están vinculados al prejuicio, como lo plantea Tajfel (1984, en Rubio, 2005):

Categorización social: Vinculado a un proceso de categorización que introduce simplicidad y orden. Muestra una tendencia hacia la simplificación, así como la generación de dimensiones subjetivas asociadas a grupos o personas. En la presente investigación, se espera que el eje donde giren los procesos de homogeneización va a ser un tipo específico de estética, que ya anteriormente ha sido incluido también por generalización en el esteriotipo de un delincuente.

Asimilación: Contenido de las categorías a las que se asigna la gente en virtud de su identidad social. Se relaciona a un aprendizaje de evaluaciones y equilibrios, que comienza temprano en la vida del sujeto, asociado a la identificación del niño (a) con su grupo y la presión de otros grupos.

Búsqueda de coherencia: Si el individuo tiene que ajustarse al flujo del cambio social, tiene que tratar de entenderlo, lo que se relaciona con las atribuciones. En este nivel, las atribuciones servirían a dos criterios: equiparar al individuo, para que se enfrente con nuevas situaciones, de modo que parezcan consistentes para él; conservar una autoimagen positiva de sí mismo.

Habiendo analizado los principales aspectos teóricos referidos a la investigación, procedemos al análisis del perfil del «mechero».

Perfil psicosocial del ladrón de tiendas

Se examinará, en esta sección, cómo se han generado los estereotipos que buscan englobar a aquellos que son culpables del crimen de hurto, entendido, según la definición jurídica como la apropiación de cosas ajenas, con la intención de lucrar y sin la voluntad de su dueño, apropiación llevada a cabo sin el uso de violencia o intimidación sobre las personas o de fuerza en las cosas. Asimismo, se analiza si es que estas explicaciones de la conducta criminal son realmente precisas, en un sentido científico, qué es lo que se anhela en el caso de las explicaciones de autoridades profesionales; o si ya están, de antemano, en función de la supresión de la conducta o de los intereses de quienes hacen la distinción.

Hace algunas décadas, se asociaba la ejecución de delitos menores, como el hurto, a un trastorno de personalidad, el que era, frecuentemente, un problema de deficiencia mental. Una explicación como ésta, que busca predisposiciones individuales, estaba generalmente respaldada por el hecho que de un mismo medio asociado tradicionalmente a la conducta delictiva (pobreza, violencia intrafamiliar, deserción escolar, etc), surgían tanto delincuentes como no delincuentes.
A modo de ejemplo de la explicación psicológica del hurto en 1968, se cita un estudio realizado en tal fecha, sobre la personalidad del delincuente en la provincia de Ñuble: “La conducta humana que se ejerce en la acción contra derecho constituye per se una conducta desviada. Siendo ésta función de la personalidad vemos que el delincuente que dispone su organismo a la adquisición de bienes en forma ilícita carece de una personalidad normalmente constituida y estructurada” (Pérez, 1968, p.99). Otro apartado del estudio declara, en relación a la inteligencia en el delincuente: “Generalmente se ha aceptado el hecho de que el delincuente sería una persona con cierto atraso en el desarrollo mental. En la actualidad, desde la aparición de lo que E. Sutherland denominó White Collar Criminality o Criminalidad de cuello blanco, el concepto de deficiencia mental como propiedad del delincuente, ha adquirido mayor relatividad” (Pérez, 1968, p. 100-101).
Aquí se introduce la idea de que existen otras formas de delinquir, propias de sujetos de mayor status social, que vienen a relativizar la idea de que el delincuente es tonto, pues estos sujetos cometen sus crimines inscritos en lo social, en la forma de empresarios, comerciantes, patrones, etc, o como lo expresa la investigación: «actuando desde la sociedad misma», a diferencia de los ladrones «primitivos», que atacarían la sociedad a modo de grupúsculos bárbaros incivilizados.
Queda muy clara la idea de que la aproximación a la norma es sinónimo de bienestar psicológico y que la adaptación a lo preestablecido es homologable al concepto de inteligencia.

Al estudio se le presenta una complicación respecto al armado teórico que ha construido, pues acepta como causa la deficiencia mental para el crimen, pero considera, en apariencia, más inteligentes a los criminales de cuello blanco. Lo resuelve luego afirmando que no es que sean más inteligentes, sino que tienen más recursos tecnológicos, en cuyo uso se han adiestrado. Explicación, a nuestro juicio, insuficiente, y que tiende a justificar un rechazo del acto delictual a través de considerarlo un acto de hombres poco inteligentes, moldeando el concepto de inteligencia.
El punto es que, en esta misma investigación, se aceptan los hallazgos de Malinowski, respecto al orden de judicial en las culturas denominadas “salvajes”, donde se afirma que en cualquier cultura ya existe una concepción de lo que no se debe hacer, de aquellos actos que conforman modos de aproximarse a lo prohibido en la conciencia común. Lo que está prohibido, varía cuantitativa y cualitativamente, de acuerdo a la historia de las tradiciones y costumbres de cada cultura, con variados ejemplos de conductas que en nuestra sociedad no requerirían sanción alguna. De este modo, queda en evidencia que el derecho es una construcción sobrepuesta en el vivir cotidiano, ya sea bajo la forma de decreto divino o construcción social, y no algo natural, a diferencia del aparato neuropsicofisiológico del individuo al que quiere atribuírsele la criminalidad. Entonces, queda en evidencia el sesgo del perfil del delincuente, pues lo califica de deficiente mental en función de un código arbitrario, al punto que un individuo, que es inteligente en una cultura, será deficiente y criminal en otra.

Pasando ahora a los estereotipos actuales de los culpables de robo hormiga, cabe destacar que las investigaciones como la anterior son mucho menos frecuentes, aunque se mantienen algunas de sus conclusiones en la identificación cotidiana del ladrón. La declinación de la aproximación teórica, dio paso al relato periodístico sensacionalista, bajo la figura del detective o investigador, que debe mantenerse a la par en astucia con el criminal, para capturarlo in fraganti y proceder a desenmascararlo y exponerlo al merecido juicio de la sociedad. Más que proponer causas del delito, se muestra la ejecución de los mismos, mediante una forma de presentación y una retórica que deja entrever algunas ideas subyacentes que conforman la noción de delincuente actual.

En primer lugar, la noción del ladrón como primitivo incivilizado, que delinque sin demasiada conciencia del peso de sus actos, ha sido reemplazada por la imagen de un sujeto que actúa en grupos organizados y que elabora constantemente nuevas formas de evadir los métodos de control de la autoridad, además que desafía a la autoridad mostrando la impunidad de su delito y la conciencia que tiene del mismo.
Esto conduce al siguiente punto: Los delincuentes hoy en día, de acuerdo a los estereotipos observados en la discusión pública, están totalmente conscientes de la naturaleza delictiva de sus actos, y el factor principal de que su conducta, molesta para el orden social, no sea eliminada, no pasa por el tratamiento de predisposiciones individuales o la mejora de sus condiciones sociales, sino que es simplemente un asunto de que las autoridades a cargo del control de la delincuencia no son lo suficientemente severas en la aplicación de las sanciones. Esta falta de determinación del Estado tendría como consecuencia que el grueso de la población termine pagando por el estilo de vida abusivo de los delincuentes. En el caso del robo hormiga es difícil llegar a tal conclusión, pues los afectados son principalmente dueños de cadenas de supermercados y otras tiendas comerciales grandes, cuya integridad económica se mantiene sin mella a pesar de los constantes hurtos de mercadería de los que dicen ser víctimas.

Existe un peligro evidente en la concepción actual de la delincuencia, a saber: que el delincuente pierde ciertos derechos en base a que pasa conscientemente sobre los de otros, idea que no va acompañada de ánimo alguno de investigar el medio social inmediato de los individuos, a no ser que sea para delatarlos. Ésta atribución de falta de ética en el ladrón, como si éste se manejara en el mismo orden de lo que es correcto o no, permite recluirlo sin experimentar ningún cuestionamiento de los métodos de exclusión, ni incompatibilidades con intenciones humanitarias para con los que viven en la miseria.
Además la supuesta falta de severidad del Estado, puede usarse a favor de eliminar ciertas distinciones de la ley que evitan los abusos en contra de los que delinquen, como las golpizas clandestinas que sufren a manos de los guardias de las tiendas, en vista que la ley les prohíbe capturarlos antes de que cometan el hurto, aún cuando los sujetos ya han sido vistos robando en ocasiones anteriores.

Respecto a los criterios que los guardias usan en las tiendas para identificar a los delincuentes, el abandono de cánones que deforman las facultades del individuo, y su reemplazo por la idea del criminal astuto y desvergonzado, han hecho que sea difícil definir un tipo de apariencia propia del ladrón para las instituciones de seguridad. En lugar de eso, se hace una labor de registro, tomando en cuenta cuales son los rostros que más se repiten en cada delito efectivamente frustrado. Además se buscan conductas sospechosas, como las mencionadas en este testimonio de un guardia de seguridad de un supermercado: “Siempre llegan dos o más individuos que recorren todo el salón de ventas y miran los precios, pero en el menor descuido ocultan las mercaderías bajo chaquetas o parkas voluminosas, como asimismo, entre el cinturón del pantalón o jeans. Otros esconden los productos en bolsas o mochilas".
Junto con conductas como la señalada y el uso de ropa funcionalmente propicia para ocultar las especies, se observa que los delincuentes buscan proyectar una imagen que produzca confianza, de modo que el individuo a primera vista parece incapaz de cometer un delito, y cuando es sorprendido evoca misericordia. Frecuentes serían entonces los hurtos en tiendas cometidos por mujeres embarazas o con niños en coche.

En resumen, habiendo dejado constancia de los peligros y sesgos de la elaboración de un perfil para el delincuente así como la discusión que suponen, se consideran como características relevantes para poder aplicar en el aspecto práctico de la investigación:

• Acción coordinada en grupos dentro de la tienda
• Observación exagerada y teatral de ciertas áreas de la tienda
• Uso de ropa como chaquetas, pantalones anchos, cinturones, mochilas
• Uso de otros elementos que permitan ocultar la mercancía.

César Castillo V.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.

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lunes, noviembre 27, 2006

Exclusión Social y Estereotipos. Análisis de la Exclusión de ladrones de tienda por parte de guardias. (Parte 3)

Marco Teórico

Percepción social: percepción de los otros, atribución, estereotipos y prejuicios.

Tomando en cuenta los síntomas de exclusión social descritos por Morales y Huici (2003), se piensa que es necesario, en función del objetivo de investigación, revisar los principales conceptos que permitirán adentrarse en la problemática de la exclusión social desde la perspectiva de la psicología social. Por ello, revisaremos los procesos de percepción de otros, atribución, estereotipos y prejuicios, en tanto se puede decir que dichos procesos estarían a la base de gran parte de los síntomas descritos anteriormente.

Respecto a la percepción de otras personas, diremos que es un proceso complejo, en el que intervienen mecanismos emocionales, cognoscitivos, y motivacionales, que alteran la información recibida y que permiten generar una teoría sobre los otros, para predecir su conducta (Salazar, Montero, Muñoz, Sánchez, Santoro, y Villegas, 1977). Se podría decir que en la percepción de otros, las características psicológicas individuales ejercen una influencia directiva y selectiva sobre la atención y la inferencia.

Según Secord y Backman (1964 citados en Salazar y cols., 1977) existen tres elementos principales en la percepción de personas: la persona estimulo, las variables del perceptor y la impresión resultante. Estas se afectan mutuamente y definen los procesos psicológicos del sujeto que darán lugar a la percepción.

Se habla, en primer lugar, de la formación de impresiones o atributos sobre la persona estimulo, en virtud del contexto y las experiencias anteriores. Para esta elaboración se requeriría una información que es tomada de un conjunto de fuentes: indirectas (otras personas o comunicaciones); apariencia (características externas de la persona); conducta expresiva (aspecto dinámico de expresión); conducta orientada a metas (comportamientos orientados al logro de objetivos); contexto (factores situacionales); orden de presentación (secuencia de percepción de los rasgos); y variabilidad (estabilidad en la conducta, para realizar la inferencia). Según Salazar (1977) estos factores se integrarían en la impresión, entendida como una organización cognoscitiva con contenidos específicos estructurados de un modo coherente, y polarizados afectivamente. Asimismo, para Secord y Backman (1974 en Salazar y cols, 1977) la formación de impresiones estaría más ligada a la situación de la interacción (rol), a la persona estimulo y al observador.

Dado que el fenómeno de las impresiones se relaciona al fenómeno de reconocimiento de pertenencia grupal (Ej. Allport, 1954), también este fenómeno esta intrincado a los prejuicios y estereotipos.

También cabe mencionar respecto a la percepción de personas, el proceso de atribución. Se entiende por atribución, la “(…) inferencia de intenciones y rasgos que proporcionan información sobre las disposiciones del sujeto y las causas de su conducta. La búsqueda de las causas (reales o supuestas) permiten construir posteriormente un sistema cognoscitivo para predecir la conducta” (Salazar y cols., 1977, p. 102). Entre las causas que se usan como formas de atribución se pueden distinguir causas endógenas (cuando la acción juzgada es un fin en sí misma) y causas exógenos (la acción es un medio para un fin) (Kruglansky, 1975 en Salazar y cols., 1977). El proceso incluiría dos etapas: en la primera se identificarían las causas de una acción; en la segunda se obtendrían las conclusiones sobre los efectos, una vez conocidas las causas, lo que llevaría a realizar inferencias tanto funcionales (basadas en la identificación real de la relación causa-efecto), y/o deductivas (realizadas a un nivel meramente conceptual). Según Kruglansky (1975, en Salazar y cols., 1977) mientras haya mayor atribución de causalidad endógena se supondrá una mayor libertad subjetiva, mientras que con una mayor atribución exógena se establecerá un efecto de compulsión sobre el sujeto. O sea, las acciones endógenas permiten, por su contenido, identificar las metas del sujeto, mientras que las exógenas no.

Las atribuciones serían bastante estables y resistentes, además de presentar una tendencia a sobreestimar los mecanismos causales internos (Jones y Aronson, 1973 en Salazar y cols., 1977). Incluso en algunos sujetos se observa un efecto atribucional conocido como “el mundo es justo” (Lerner, 1971 en Salazar y cols., 1977), efecto referido a que se sostiene que cada quien recibe lo que se merece, suponiendo la existencia de una compensación natural respecto a decisiones, acciones y consecuencias.

La atribución permite mostrar el papel fundamental que juega el sujeto perceptor y sus funciones cognoscitivas en la percepción de otras personas poniendo de manifiesto la existencia de “(…) todo un conjunto de mecanismos subyacentes donde se integran los elementos reales con los aportes del sujeto perceptor para estructurar el sistema de elementos cognoscitivos” (Salazar y cols., 1977, p. 105).

Tomando estas nociones como referencia, se analizará la formación de estereotipos y de prejuicios.

Estereotipos y su justificación.

Los estereotipos responden a una necesidad básica de orden y capacidad de predicción. Los estereotipos serían procesos cognitivos con la función de predecir los eventos sociales que rodean al individuo (Hogg y Abrams, 1988 citado en Valdivieso, 2003a).

El análisis de los estereotipos se puede abordar desde tres enfoques: como justificaciones del ego, justificaciones grupales y/o justificaciones del sistema. Según Jost y Banaji (1994, citado en Valdivieso, 2003a), los estereotipos sirven para proteger la posición y el comportamiento del propio individuo o del propio grupo, pero también sirven para legitimar las normas sociales, aún expensas del individuo y el grupo. La justificación, en cualquiera de las tres dimensiones que hemos mencionado, sería una idea que tiene la función de legitimar a otra idea o a alguna forma de comportamiento, sean éstos de la propia persona o grupo, como de otros (Valdivieso, 2003a).

Las personas tienden a justificar pensamientos, sentimientos, comportamientos, status o posiciones propios o de otros, conductas agresiva o discriminatoria propias o de miembros del grupo al cual se pertenece, eventos sociales y condiciones sociales imperantes. Lo importante a destacar, es que no todo estereotipo tiende al favoritismo endogrupal y al estereotipo negativo del exogrupo, puede suceder lo contrario cuando se intenta justificar al sistema social dominante (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

Puestas así las cosas, es claro, al observar sistemáticamente los estereotipos, que éstos cumplen ciertas funciones sociales que es necesario considerar en cualquier estudio. Según Jost y Banaji (1994, en Valdivieso, 2003b) Los estereotipos son creencias socializadas respecto de grupos sociales que acompañan cualquier sistema caracterizado por la separación de la gente en roles, clases, posiciones o status. Estas creencias tienden a ser, por quienes las sostienen, percibidas y explicadas como justificables.

En el enfoque de la justificación del sistema, el concepto de falsa conciencia cobra especial importancia. En nuestro caso, centrado en la actitud por parte de los encargados de seguridad hacia cierto grupos (generalmente los menos beneficiados por el sistema económico), cabe preguntarse por los estereotipos, los prejuicios y muchas veces, la discriminación, que sufren los individuos estereotipados como pertenecientes a sectores marginales por parte de los encargados de seguridad, en su mayoría, pertenecientes a los mismos sectores marginales con el que estereotipan a otros[1]. La falsa conciencia sería la mantención de creencias o ideologías que son contrarias a los intereses personales o del propio grupo, manteniéndose así, la posición desaventajada del individuo o del grupo (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

La naturaleza de la justificación es bastante compleja de tratar, especialmente cuando ésta no es conciente, permitiendo la existencia de ciertas ideologías sin que se den cuenta quien o quienes las ejercitan, aunque sean víctimas de las mismas. Esto es muy común en la falsa conciencia (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b). No es de extrañar que, según Marx (1846), el lumpenproletariat fuera la asignación a los grupos más pobres y con menos educación de la sociedad alemana, quienes normalmente no poseían conciencia de su situación clase y servían a los intereses de la burguesía. La falsa conciencia implica el porqué los grupos muchas veces mantienen creencias que no son de su interés, generando estereotipos negativos hacia sí, y una tendencia al favoritismo exogrupal, aún incluso, existiendo fuerzas psicológicas que presionen a los individuos a desafiar el orden social imperante. Esto hace necesario entender la fuerza de la dominación ideológica.

Para entender las funciones del estereotipo, revisaremos brevemente los distintos enfoques sobre el tema (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b):

Enfoque de la justificación del ego: relaciona los estereotipos con los procesos de categorización, y expresa la función cognitiva y motivacional de los mismos (Lipman 1922 citado en Jost y Banaji, 1994; en Valdivieso, 2003b). Los estereotipos mantienen el status y la conducta personal en relación a otros, es decir, son una defensa personal y una racionalización de la explotación. Los teóricos psicoanalistas como Adorno y Bethelheim, así como Freud, consideraban a los estereotipos como mecanismos de defensa, mediante los cuales, conflictos internos eran proyectados.

El problema de este enfoque, es que no considera los elementos sociales. No explica el fenómeno de estereotipación negativa del sí mismo. Tampoco permite explicar el uso de estereotipos cuando no hay necesidad de defensa del propio status, ni cuando grupos desaventajados los usan contra otros grupos con su mismo status. Además, los estereotipos son consensuales en distintos sectores de la sociedad, y este enfoque no explica la uniformidad de los estereotipos, no da cuenta de que son resultado de un procesamiento de información en un ambiente ideologizado más que una forma de justificar motivaciones, por lo que es necesario considerar los elementos sociales implicados en el fenómeno (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

Enfoque de la justificación grupal: plantea que el estereotipar cumple la función de justificar acciones de los endogrupos contra los exogrupos (Tajfel, 1981 citado en Jost y Banaji, 1994; en Valdivieso, 2003b). Los endogrupos tienden a estereotipar negativamente a los exogrupos, diferenciándose de ellos mediante la comparación social que se inclina a un favoritismo endogrupal. La Teoría de la Identidad Social es una teoría del conflicto, ya que postula que los grupos compiten por bienes simbólicos o materiales. En esta competición los grupos generan estereotipos.

Este enfoque permite explicar porqué los individuos generan estereotipos para justificar las conductas de otros con quienes se identifican; explica además, a través de la competición, porqué grupos desaventajados estereotipan a otros del mismo status y porqué los grupos de personas generan estereotipos similares. Según Hogg y Abrams (1988, citado en Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b), los estereotipos se deben a un proceso de influencia social que provoca conformidad a las normas grupales, explicando el hecho de que sean consensuales, con la función de establecer justificaciones grupales para el comportamiento intergrupal.

Sin embargo no explica el hecho de que los estereotipos sean consensuales entre distintos grupos, lo cual según Jost y Banaji (1994 en Valdivieso, 2003b), implica tener la noción de dominación ideológica y manejar el concepto de falsa conciencia.

Existe una forma de considerar estos fenómenos, desde este enfoque, a través de la Categorización del Yo. Según Hogg y Turner (1987 ciatdo en Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b) los grupos mantienen creencias sobre sí dependiendo de cómo son categorizados por otros o por las relaciones que mantienen con otros grupos. Los autoestereotipos así generados, pueden ser tanto positivos como negativos. Las personas que han sido estereotipadas, tienden a asumir roles según las expectativas estereotípicas que otros tienen de ellos (Skrypnek & Zinder, 1982; Swam, 1983; Geis, 1993; en Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

Enfoque de la Justificación del Sistema: Los grupos desaventajados pueden tender al favoritismo exogrupal o no, dependiendo cómo perciban la legitimidad del sistema o a la existencia de alternativas cognitivas al status quo. Muchos estereotipos tienden a justificar y legitimar al sistema imperante, más allá de si son del interés de los grupos que mantienen tales creencias. Esto revela la función ideológica de los estereotipos, entrando o no en contradicción con las funciones asociadas a la defensa personal o grupal, manteniendo el status quo. La forma de lograr esto, la más de las veces es a través de la «naturalización» de las diferencias o el estado actual de las cosas.

Las personas normalmente consideran como «así deben ser las cosas» a las regularidades de los hechos sociales, que son más bien un «así son las cosas» (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b). Aquí vemos la función ideológica, de los estereotipos, ya que ponen al estado actual de las cosas como un “deber ser” moral, que exige ser cumplido y que amenaza implícita o explícitamente, a todo aquello que no apunta a aquella norma moral que es el status quo.

La justificación del sistema es el proceso psicológico mediante el cual un individuo percibe y explica la situación actual, con el resultado que dicha situación es mantenida, a pesar, de que dicha situación provoque daños psicológicos y materiales a determinados grupos o personas (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b). Para comprender estos fenómenos se hace imperante comprender las formas de socialización que tienen las distintas sociedades o sistemas. La tendencia de los grupos y de las personas es a actuar de acuerdo a la posición social que ocupan más que a deslegitimar al orden social dominante. El orden tiende a ser justificado sólo por existir (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso2003b).

La socialización permite que el control de los dominantes sobre los dominados se transforme o se ejerza a través del autocontrol de los dominados, según los arreglos sociales imperantes. Esto facilita en control por parte de los grupos favorecidos. Además, al legitimar los dominados su propia dominación, delegan el poder a otros grupos, los cuales pueden generar conductas a través de refuerzos o castigos sociales, además de los mecanismos de enseñanza e ideologización.

Esto revela que la mantención del status quo puede ser, además, una cuestión de sobrevivencia para los grupos desaventajados que buscan no ser castigados, y beneficiados sin recurrir al esfuerzo de deslegitimar el orden social actual (lo que sería castigado). También es una cuestión de supervivencia de los grupos aventajados, en la medida que desestabilizar el status quo, puede causar la pérdida de los beneficios y del poder que poseen.

Sin embargo, el proceso de deslegitimación del orden social requiere “conciencia de grupo”, debido a que es necesario percatarse del origen de las creencias que justifican al sistema. Pero, como se ha planteado, no toda estereotipación que justifique el sistema es de carácter conciente, la más de las veces, esta justificación permanece inconsciente y las personas y grupos no son capaces de tomar conciencia al respecto.

Los grupos estereotipados se comportan en concordancia a aquellos estereotipos. Las personas mismas se atribuyen o atribuyen a otros, rasgos que justifiquen el rol que desempeñan (Ross et. Al. 1997, citado en Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

Según lo anterior, no sorprende el hecho de que a los grupos que poseen o ejercen el poder, sean estereotipados de manera que se justifica su “éxito”, cuando a los que carecen de poder (o de las oportunidades de ejercerlo), son estereotipados de un modo tal que se justifica su desaventajada condición y situación (Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003b).

La falsa conciencia sería una justificación del sistema que consiste en la autoestereotipación negativa y en el favoritismo hacia los exogrupos poderosos. Sería producto de la socialización que el propio sistema mantiene para conservarse. Esta falsa conciencia es normalmente inconsciente, ya que está internalizada en los valores personales o grupales. Podemos apreciarla en su carácter conciente, cuando individuos o grupos deciden concientemente asumir intereses que no les son propios, aún cuando las consecuencias inmediatas les sean adversas, con el fin de ser beneficiados o no castigados por los dominantes.

Un ejemplo de acuerdo a lo anterior, podríamos decir que la ausencia de una conciencia revolucionaria de clase sería un producto de la justificación del sistema (Gramsci, 1971; Luckacs, 1971; Gúrin, Miller & Gúrin, 1980; Kalmuss, Gúrin & Towsend, 1980; citado en Jost y Banaji, 1994 en Valdivieso, 2003a). Lo mismo sería con el aislamiento de los grupos desaventajados (marginación), la baja identificación grupal (o “conciencia de clase”).

Los estereotipos derivados de ideologías dominantes y de las disposiciones sociales del sistema (relaciones y estructura) pueden ser modificados a través del cambio de las estructuras sociales (Althusser, 1965) o a las mismas ideologías (Gramsci, 1951). Esto invita a analizar la relación entre las bases estructurales materiales con las superestructuras políticas o ideológicas (Althusser, 1965).

Los estereotipos son originados según Tajfel (1981, citado en Valdivieso, 2003a), para diferenciarse de los otros, de los exogrupos. Esto implica la existencia previa de algún conflicto de intereses. Este conflicto, según Tajfel, sería la causa inicial de los estereotipos, pero cuando estos ya se establecen, son factores causales de las diferencias sociales intergrupales.

Fiske en 1983 (citado en Valdivieso, 2003a) plantearía que la sociedad capitalista está organizada de modo que las relaciones intergrupales están basadas en diferencias de estatus.

El hecho que los estereotipos tiendan a justificar el “éxito” de los poderosos y el desmedro de los carentes de poder, fenómeno que consiste en un refuerzo entre poder y estereotipos, es explicado mediante la atención. Los que no tienen poder ponen atención sobre los que lo tienen y controlan sus conductas, formándose impresiones no estereotipadas de los poderosos. En cambio los que ostentan el poder, ponen menos atención, siendo más proclives a estereotipar. La estereotipación ejerce control al mantener y justificar el status quo (Fiske, 1983 en Valdivieso, 2003a). En 1513, Maquiavelo ya describía las relaciones entre los príncipes y los pueblos, observando cómo y en qué ponían atención unos respecto a los otros, y cómo estas interacciones mediadas por la atención determinaban las atribuciones que ambos grupos generaban respecto al otro.

Bourghis, R.Y, Gagnon, A., y Moïse (1994, en Valdivieso, 2003a), planteaban que es necesario considerar las diferencias de status y poder en las relaciones intergrupales, evidenciando que a mayor status es más discriminatorio el comportamiento, sucediendo lo contrario cuando a los individuos no se les atribuye un alto status. Según estos autores, las asimetrías de status y poder traen consigo diferencias en recursos tanto materiales como simbólicos, es decir, además de las diferencias de poder, hay diferencias de recursos y de prestigio (Bourghis, R.Y, Gagnon, A., y Moïse, 1994, en Valdivieso, 2003a).

Los estereotipos son imposibles de eliminar, ya que serían un producto inevitable de un proceso cognitivo fundamental que tiene como función una necesidad humana básica que entrega orden y capacidad de predicción (Hogg y Abrams, 1988, en Valdivieso, 2003a). Estereotipar sirve a la mantención de relaciones desiguales entre las personas y por otro lado aparecen no solo funciones cognitivas, sino que le acompañan efectos como los prejuicios y conductas que llevan a la marginación, exclusión y en algunos casos la eliminación de los otros.


César Castillo V.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.



[1] Hay que considerar que los encargados de seguridad, dentro del contexto en cual trabajan, ocupan cierta posición diferente a la que pueden tener fuera de su trabajo. Esta posición se acompaña de cierto status y rol, que tienden a justificar y ser justificados por los estereotipos que puedan utilizar, aún en contra de personas de la misma clase social a la que pertenecen ellos.

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sábado, noviembre 18, 2006

Exclusión Social y Estereotipos. Análisis de la Exclusión de ladrones de tienda por parte de guardias. (Parte 2)

Marco Teórico

Exclusión social

La palabra exclusión social no es neutra, sino que esta intrincada a un gran número de otros conceptos, significados, efectos, y aún más importante, a fenómenos sociales y económicos. Guarda en sí la posibilidad de un ejercicio retórico, la posibilidad de que su uso como concepto teórico vacío (Fleury, 1998) sirva a los intereses de ciertos discursos sobre los hechos sociales que trata de explicar. De ahí la necesidad de evaluar críticamente la introducción de dicho concepto a los análisis, evaluación que debe considerar la medida en que la invocación de la categoría de exclusión social y el significado especifico que se le dé, traba o limita las posibilidades de solucionar lo que el análisis trata de problematizar (Sen, 2000).

Según Brierbrauer (2000, citado en Morales y Huici, 2003) el termino exclusión social se refiere a “(…) practicas de los grupos mayoritarios o dominantes de la sociedad en virtud de las cuales los grupos minoritarios o dominados quedan fuera del alcance de las preocupaciones morales y la justicia de la población mayoritaria”. Otras definiciones ponen el acento en que la exclusión social es lo que sucede cuando las personas o grupos sufren por problemas ligados al desempleo, educación pobre, bajos ingresos, malas condiciones habitacionales, ambientes de alta criminalidad, mala salud y rompimientos familiares (CRISIS, 2003).

Por otro lado, Atkinson (1998) considera necesario establecer diferencias a la hora de hablar de pobreza, desempleo y exclusión social. La definición de exclusión social debería incluir tres elementos. Por un lado, la exclusión social es relativa dado que las personas son excluidas de una sociedad o grupo en un punto definido del tiempo. Además, la exclusión social es consecuencia de una delegación, dado que las personas pueden excluirse a sí mismas o excluir a otras. Finalmente la exclusión social dinámica, no solo es la exclusión efectiva y presente sino que incluye la falta de esperanzas en la situación futura. La postura de Atskinson (1998) es que si bien la pobreza y el desempleo pueden llevar a la exclusión social, estas no necesariamente la provocan.

Así se podría decir que la exclusión social se ha relacionado principalmente a los fenómenos de índole económica, y que uno de los esfuerzos que se han intentado realizar es separarla del concepto pobreza. Según Sen (2000) si se entiende la pobreza como una privación, esta se relacionará con el concepto de exclusión de dos formas: Una, que la exclusión social sería en si misma parte de la pobreza, como una privación de la capacidad de interactuar libremente con otros; Otra, que ser excluido podría implicar una privación de oportunidades.

Será necesario, entonces, distinguir qué rol jugaría la exclusión social en la pobreza, porque como observa Barry (1998), “la exclusión social puede ocurrir entre grupos que no son significativamente distinguibles uno del otro económicamente"(p.5). Si la exclusión social estuviera ligada directamente a la pobreza, a lo económico, esta se vería atenuada y desaparecería cuando desaparecieran las diferencias económicas entre los grupos, a menos que una variable distintiva mantuviera las barreras sociales.

Sen (2000) analiza la exclusión social desde una posición que enfatiza la noción de carencia, o privación, y distingue entonces una exclusión de importancia instrumental, y una exclusión de relevancia constitutiva. La primera, sería aquellos procesos importantes de considerar en la medida en que sus consecuencias causales implican problemas de privaciones sociales, mientras que la de relevancia constitutiva sería aquella exclusión social que es en sí misma una carencia.

Así, la utilización del concepto en el análisis social de fenómenos como la pobreza, estaría justificado en tanto pudiera identificarse una naturaleza causal o descriptiva de la exclusión social, en la explicación de dichos fenómenos.

Algunos autores son aún más críticos respecto a estas posturas. Se dice que la exclusión social es un concepto vacío desde el punto de vista teórico, por lo que hay que considerarlo en su dimensión político-estratégica. Según Fleury (1998) la exclusión social no solo debe referirse a la carencia de ciertos atributos para la inserción, a la falta de acceso a ciertos bienes, o a una condición de vulnerabilidad de ciertos grupos sociales, ya que ello supone que la exclusión es algo que los individuos poseen o no: “De alguna manera se trata de buscar un conjunto de características y/o atributos que limitarían la posibilidad de inserción de los individuos en el mercado, ya sea como productores o como consumidores” (Fleury, 1998).

De esta manera, habría que considerar la política que mantiene procesos de exclusión social, ya que la exclusión junto con el autoritarismo y el patrimonialismo serían las características definitorias de la relación Estado-Sociedad en Latinoamérica. Se consideraría la exclusión social como la negación de la ciudadanía, como el impedimento de gozar de los derechos políticos, sociales y civiles, según los derechos y deberes que condicionan la inclusión a la comunidad sociopolítica. Esto coincidiría en cierta forma con la postura teórica de Barry (1998) quien distingue «aislamiento social» (Social isolation), como el fenómeno de no-participación de un individuo o un grupo en las instituciones principales de la sociedad, mientras que la exclusión social se entiende como el subconjunto de casos en que ocurre «aislamiento social» por razones que están más allá del control de los sujetos involucrados. La exclusión social quedaría reservada para designar aquello que afecta a las personas que son invalidadas, incapacitadas, para participar en las instituciones sociales patrocinadas por la mayoría.
En la medida en que se entiende que la exclusión social es algo que afecta a las personas es pertinente hacer la distinción que hace entre exclusión activa y pasiva (Sen, 2000). La activa sería aquella consciente, intencionada, que es promulgada explícitamente, como por ejemplo, en políticas publicas que dificultan la inserción de los inmigrantes. La exclusión pasiva sería aquellos procesos que resultan pasivamente de un conjunto de circunstancias, sin volición inmediata en pos de la exclusión de un grupo o individuos pero que acaba por hacerlo.

La exclusión posee un fundamento político que se expresa en la no pertenencia a la comunidad, lo que puede estar codificado en el derecho legal, y que desde una lógica de invalidación e incapacitación para la participación, debería estar relacionada con procesos de normalización. Según Fleury (1998) la exclusión implicaría una normalización que separa a los individuos:
“La exclusión es un proceso relacional, definido por normas socialmente construidas que ordenan las relaciones sociales y vuelven los comportamientos previsibles, aunque esas normas estén o no formuladas de manera legal. Dado que la ciudadanía requiere una legalización de la igualdad, la exclusión es un proceso que regula la diferencia como condición de no inclusión”.

La autora establece que entonces la exclusión sería un fenómeno cultural y social cuyos mecanismos se basarían en el carácter de la diferencia, lo que la distinguiría de la desigualdad como fenómeno socioeconómico. La exclusión además de despojar la ciudadanía de los individuos, invalidaría su dimensión humana y les impediría realizarse como sujetos de sus procesos sociales. Según Barry (1998) la exclusión social implicaría la violación de las demandas de justicia de una minoría, que genera desigualdad de oportunidades y está asociada a una incapacidad para participar efectivamente en política.

La constitución como sujetos de acción política pasa necesariamente por la discursividad, por el apropiarse del discurso para decirles cosas a otros y poder actuar, en un orden simbólico relacional, constituido por estos actos y palabras. Allí los medios de comunicación tomarían un papel fundamental como “poderosos instrumentos de exterminio simbólico de grupos enteros de la población” (Fluye, 1998), al asociar, por ejemplo, la aparición de los pobres a situaciones de violencia, y al promover la creación y difusión de las normas de exclusión. Materialmente la exclusión se expresaría en la prohibición urbanística y arquitectónica de ciertos lugares de consumo para el ingreso de los excluidos.
Fleury (1998) concluye:

“En resumen, la exclusión es un proceso cultural que implica el establecimiento de una norma que prohíbe la inclusión de individuos, grupos y poblaciones en una comunidad sociopolítica. De esta forma, los grupos excluidos están, en general, imposibilitados de participar de las relaciones económicas predominantes –el mercado, como productores y/o consumidores– y de las relaciones políticas vigentes –los derechos de ciudadanía.”
Pero no debe olvidarse que donde hay poder hay resistencia, y por ello la exclusión social siempre guarda una cara emancipadora, que implica la posibilidad de constitución de nuevos actores sociales y nuevas formas de reivindicación de la ciudadanía.

Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, sería necesario exponer, para los fines prácticos de esta investigación, los síntomas de exclusión social referentes a la vida cotidiana expuestos por Optow (1990, citado en Morales y Huici, 2003):

Pensamiento grupal: Proteger la unidad del grupo y aislar aquellos componentes que puedan poner de manifiesto las convicciones erróneas.
Ideologías trascendentes: El propio grupo como algo moralmente positivo, aunque sus conductas sean perjudiciales para otros.
Desindividualización: Anonimato en el conjunto grupal, que debilita la capacidad de seguir el propio código moral.
Impregnación moral: Adoptar estándares del grupo, renunciando a los propios.
Distancia psicológica: Objetivación de los otros, insensibilidad a su presencia.
Orientación técnica: Enfocar el daño como rutinización, como mecánica sin consecuencias perjudiciales.
Eufemismos: Enmascarar la conducta perjudicial para dotarla de respetabilidad.
Desplazamiento de la responsabilidad: Se asume un modo de comportamiento, que no se asumiría, porque se sabe que una autoridad superior puede asumir la responsabilidad.
Difusión de la responsabilidad: La conducta dañina fragmentada diluye la responsabilidad.
Glorificación de la violencia: La violencia se presenta como una actividad noble y elevada.
Normalización de la violencia: La conducta violenta se entiende como algo cotidiano, y que la sociedad acepta voluntariamente.

Nos interesan estos síntomas en la medida en que “desempeñan el papel de estrategias útiles para la realización de determinadas actividades” (Morales y Huici, 2003, p. 518). Para el objeto de esta investigación, se tratara de identificar dichos síntomas en el comportamiento y discurso de los guardias de supermercados, para poder establecer la existencia de prácticas de exclusión social u otras prácticas discriminatorias.
César Castillo V.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.

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sábado, noviembre 11, 2006

Exclusión Social y Estereotipos. Análisis de la Exclusión de ladrones de tienda por parte de guardias. (Parte 1)

(Este es un trabajo en construcción, es un avance del marco teórico de la investigación). Santiago, Octubre 2006
Introducción

Se puede decir que los grupos psicosociales establecen el eslabón entre el individuo y la sociedad. Según Bar-tal (1990) la característica definitoria de un grupos son sus creencias grupales. Ahora bien, las creencias grupales pueden anudarnos en torno a una convicción compartida y definitoria de nuestra pertenencia grupal, pero cuando se define lo que nos caracteriza como miembros de un grupo, establecemos el polo de lo excluido del grupo. Podría pensarse que es una actividad inherente a la conformación de grupos psicosociales la generación de su alteridad, en la medida en que las creencias grupales van a ser los limites y la barrera de cada grupo. Habría que poder definir cuando estos límites van a potenciar las diferencias, y a partir de allí, establecer qué podría ser la exclusión social.

Si se puede afirmar, respecto a la exclusión social, que “(…) las personas normales no consideran correcto perjudicar a otras personas, a menos que hayan sido previamente excluidas de su «comunidad moral»” (Morales, 2003) sería posible identificar practicas de exclusión en cualquier actividad social que implique alguna clase de perjuicio.

Entonces, cuando la Revista de la Cámara de Comercio de Santiago (2006) escribe: “Uno de los principales delitos que sufre la industria es el robo hormiga, sólo los supermercados pierden año a año más de US$ 200 millones por este flagelo” (CCS , 2006); o cuando esa misma institución llama al seminario «Reforma Procesal Penal: Evaluación del Primer Año», que cuenta con la presencia de un Psiquiatra para abordar «el perfil psicológico del ladrón de tiendas» (CCS, 2006), se podría decir que se están generando intentos por crear una frontera moral. Aquí se identificaría el perjuicio como un perjuicio económico, que afecta a ciertas entidades comerciales, y por lo tanto, las formas de exclusión social que de ese fenómeno pudieran surgir estarían inmersas en un conflicto de intereses.
Ahora bien, si se traduce este conflicto de intereses desde la esfera legal y comercial (a nivel de la cual se realizan seminarios y se debate en los medios de comunicación) a la esfera de la vida cotidiana, se esperaría que existiesen prácticas sociales de exclusión legitimadas por las instituciones comerciales afectadas (o potencialmente afectables) a las que sus empleados estuviesen adscritos.

El presente estudio buscará investigar las posibles prácticas de exclusión social que puedan ser ejercidas por empleados de locales comerciales de la región metropolitana, a través del análisis de sus descripciones y procedimientos. Con este objeto, el grupo de estudio quedará reducido a los empleados a cargo de labores de seguridad en supermercados, por su directa relación con el problema del hurto en dichos locales. Se esperaría que pudiesen ser identificadas diversas prácticas de exclusión social en dichos sujetos, dado que, en su labor, la identificación preventiva de posibles hurtos toma un rol fundamental. Solo así toman sentido descripciones como:
“(…) tal y como se procede en forma ordinaria, en el presente caso, la imputada fue seguida por las cámaras y/o los guardias de seguridad antes de su detención, habiendo sido informado, a lo menos, cinco minutos antes de esta de la presencia de la mujer al interior del Supermercado.” (Fernández, 2004).
El estudio del discurso y comportamiento de los sujetos del grupo de estudio se haría fundamental para detectar si efectivamente se está en presencia de un fenómeno de exclusión social. Para ello se seguirá la sintomatología de la exclusión social en la vida cotidiana elaborada por Morales y Huici (2003).
Solo entonces se podría poner en cuestión la normalidad de los diversos procedimientos preventivos que puedan utilizar los encargados de seguridad, así como tratar de dilucidar sus posibles efectos y las distintas formas de legitimación en las que se basan.

Pregunta

¿Es posible encontrar prácticas de exclusión social en encargados de seguridad de locales comerciales de la Región Metropolitana, ya sea a nivel de criterios subjetivos o de prácticas institucionales? Si es que dichas prácticas existen, ¿cómo son legitimadas?

Relevancia

Bajo la suposición de que no debe haber una gran diferencia entre los criterios de exclusión entre los encargados de seguridad y la mayoría de los miembros del conjunto social, conocer tales criterios permitirá aproximarse a quiénes el conjunto social excluye, o a qué grupos sociales excluye. Esta suposición se basa en que el entrenamiento de los guardias sería para detener los actos delictivos, y la discriminación social como mecanismo preventivo sería más bien algo que aprenderían con la experiencia.
Esto abre una discusión sobre cómo los estereotipos y prejuicios pueden afectar ciertos grupos, y si aquellos criterios concuerdan con la realidad, es decir, y considerando nuestro caso, si los criterios de exclusión como medios de prevención contra actos delictuales son realmente útiles para evitarlos.
Esto pudiese servir como conocimiento para analizar si las prácticas de exclusión social realmente se legitiman en la medida que cumplen sus propósitos (explícitos al menos) o si se legitiman en otro tipo de fundamentos.
Identificados los excluidos, se hace importante conocer que consecuencias, afectivas y prácticas, les trae la discriminación en una parte de la vida cotidiana tan recurrente como abastecerse en un local comercial.
Otro punto susceptible a discusión, que puede analizarse si los efectos de la exclusión en verdad representan un problema para los excluidos, alude a que tan internalizados y mecanizados están estos criterios de exclusión, y si los exclusores son conscientes de los mismos. Esto podría entenderse también mediante las preguntas: ¿Hasta que punto es justificable discriminar a ciertas personas, a favor del beneficio de otras; beneficio que, en última instancia, es sólo un asunto de más o menos dinero? Y si los encargados de seguridad se han planteado esto ¿Que circunstancias, tanto prácticas como ideológicas, mantienen la continuidad de estos cursos de acción?
César Castillo V.
Felipe Grez M.
Mauricio Mardones S.
Rabindranath Riquelme L.

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viernes, noviembre 03, 2006

Doble V, Tote, Shotta, Das Efx y Heltah

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viernes, octubre 27, 2006

Festival HipHop 21 Octubre -Comentarios-

Mobb Deep casi muere camino a Chile: primero perdieron el vuelo, tomaron otro y este último casi se estrella. Al final Mobb Deep no vino. Lamentable, pero todas las críticas que hoy se hacen a RapCity, pese a que la rabia quizás las justifiquen, pasan por alto el hecho de que la vida de los raperos gringos pudo haber terminado antes de llegar a nuestro País (me da lo mismo el nombre de la productora).

Con la entrada de este concierto, se tendrá un 30% de descuento en el próximo concierto donde se presentarían Das EFX, Heltah Skeltah, Violadores del Verso (presentando su nuevo disco), Toteking y Shotta.

Todo partió según lo previsto, a las 18:20hrs: y los primeros en salir fueron Samy Houston "De La Cruz" y varios mcs más , 4 temas y dejaron el escenario, el público, aún no prendía.

Jimmy Fernandez quien asumió el papel de animador, y como animador es un buen cantante. Sus rellenos eran bastante malos. Cantó algunos temas, los mismos que cantaba ya con la Pozze Latina... durante todo el concierto fue apoyado en algunos pasajes por Maka que cantaba bastante bien.

Más tarde, Margihuanero subió al escenario, cosa que no se esperaba yprendió al público con “La vida es recta” para luego seguir con su presentación junto a su fiel acompañante Box quien como apoyo, apoyó bastante poco, pero Margihuanero la supo hacer.

Luego subió Eskina Familia Squad (de Iquique) quienes se hicieron acompañar por Mc’s del norte, demostrando que el hip-hop de regiones tiene gran fuerza y empuje. Tenían una mezcla de hip hop, reggae, ragga. Muy buenos, y con su reggae prepararon un poco el terreno para Morodo.

Antes de Morodo cantó Q-Bela (Peñalolen) junto a Maka, agradables 10 min. de rap femenino.

Morodo demoró en subir, y Jimmy Fernández hizo lo que no sabe hacer, animar. A las 8 pm en punto, Morodo tomó el micrófono, acompañado de Ranking Soldiers, quienes durante 40 minutos tuvieron a la gente moviendose al ritmo y voz del estilo raggamuffin-dub tal y como lo hiciera el día sábado 15 en su presentación en el Teatro Caupolicán, logrando las mayores explosiones de ánimo con temas como “La Yerba del Rey”, “Que vas a hacer” y “Divina Ciencia”.
A ratos parecía que no iba a ser un buen show, pero supieron remontarla, al fina fue bastante bueno, y ralajado más que nada... no era hip hop, y no debe esperarse el mismo efecto. (el video de la yerba del rey en chile está en http://www.caliajah.tk/ junto al reproductor .flv)

Al escenario, luego subió Jotadroh (o Hordatoj que es lo mismo) con el apoyo de CHR, Gonzo y otra gente de Primer Mandamiento presentando su próximo disco “Entre lo habitual y lo desconocido”. Veinte minutos de buen rap chileno. Jotadroh, a mi parecer, es el rapero chileno que brinda el mejor show, con él el público se prende muchísimo, a veces opacando a artistas internacionales. Además de las letras, las pistas, el desplante en el escenario es fundamental.

El segundo plato fuerte de la noche, era los colombianos Tres Coronas. Antes de ellos apareció con sus nuevos singles quién sería la segunda voz en vivo del dúo colombiano, lamentablemente no recuerdo su nombre, pero sus letras estaban llenas de contenido de lucha social, lamento no recordar su nombre.... El show de Tres Coronas tomo buen rumbo cuando Rocca y P.N.O. subieron al escenario dejando caer temas como “Ahora o nunca parseros” y “Falsedades”, para más tarde mostrar un show de sabor más centroamericano subiendo sobre el escenario a tres hermosas bailarinas, chilenas, combinando con fuegos-no-artificiales y ritmos caribeños. Terminaron con un Rocca bajando del escenario para rapear y saludar al publico ántes de hacer los últimos temas y dejar el escenario a Falsalarma.

Le tocó el turno a Falsalarma. El Titó y el Santo se dejaron aparecer compañados de Dj Neas. A pesar del cansancio de la gente, que pedía agua... Falsalarma logró hacer vibrar toda el “Arena Santiago” tema tras tema, presentando temas de su último trabajo “Alquimia” como: “La Experiencia”, “Pequeño Gran Niño Raro”, “Bondad o Malicia” y el mismo tema homónimo del disco; “Alquimia” con el cual abrieron la presentación. Además complementaron aquellos temas que no podían hacer por no tener colaboradores, con exelentes temas rescatados de su primer álbum “La Misiva”, pasando a ser sin duda, la mejor presentación de la noche.

Terminó a las 12.15 de la noche, y en resumen, un buen concierto, con un buen sonido, hablamos del Arena Santiago, no del Caupolican o la Est. Mapocho, sin mayores problemas de seguridad (aunque ésta nuevamente no fue capaz de contener a los fanáticos que querían ver mas de cerca de sus grupos favoritos, y no hablo más...) y que se hubiese visto muy beneficiado si Mobb Deep no hubiese faltado a la cita, que reunió a casi 10.000 personas.

Luego comprobé una vez más que las micros debieran pasar hasta más tarde, demorándome más de dos horas y media para llegar a casa... valió la pena, y ahora con un 30% pagado para el próximo concierto (que así como lo publicitan está genial) siguiré esperando aquel 9 y 10 de diciembre.



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lunes, octubre 23, 2006

Molotov contra La Moneda


(sacado de otro blog)

“El terrorismo es considerado arma de los débiles porque los fuertes también controlan los sistemas doctrinarios y su terror no cuenta como terror.”
(Noam Chomsky, en “La nueva guerra contra el terror”)

"La Moneda en llamas como hace 33 años, aunque producto de una bomba molotov... la verdad es que nos habla de algo muy complejo… "

(Michelle, Bachelet)

Que los que bombardearon e incendiaron La Moneda el 11 de septiembre de 1973, se apropiaron del país durante 17 años, y ejecutaron o desaparecieron a más de 5.000 chilenos (sin considerar presos, torturados y exiliados) rasguen ahora vestiduras por una molotov contra una de las ventanas de palacio… Es tener cara de raja.

Pero que los que ahora están en La Moneda (Concertación, Socialistas, etc.) se queden en la forma y se limiten al repudio y no al análisis, es que no entienden que esa molotov “nos habla de algo muy complejo”. Aquella molotov lanzada por jóvenes anarquistas, más que indignación debe provocarles reflexión autocrítica… ¿Qué están haciendo mal que la rabia social acumulada se lanza contra ellos con igual fuerza que contra los símbolos del imperial-capitalismo? ¿Por qué en la mente de estos jóvenes da lo mismo el Gobierno de Bachelet que McDonald’s? La diferenciación de los productos hace los buenos negocios, y también los buenos resultados en política.

Sin duda era muy improbable una molotov contra La Moneda… por lo tanto su valor de sorpresa es alto. Pero su valor de contexto también: ¿Por qué a mí? Esta molotov obliga a revisar las políticas y programas de reducción de descontento popular juvenil: ¿Qué quieren los jóvenes? ¿Por qué su alto grado de frustración?


El anarquismo con que se reviste este tipo de protesta es revelador al respecto. El blanco clásico del anarquismo es el Estado, el Gobierno, la Autoridad. Por lo tanto, si los jóvenes se visten de anarquismo, quiere decir que no están conformes con la autoridad, que se sienten excluidos, no participes, y que se requiere apertura de canales de participación. El anarquismo es esencialmente democrático y participativo desde abajo, desde la base. Que el Intendente de Santiago diga que son jóvenes “sin Dios ni Ley” y que en consecuencia ameritan represión, agrava y no resuelve el tema de fondo. Parafraseándolo deberíamos decir, ¿se trata de un gobierno sin jóvenes ni pueblo?

POST-DATA:

¿Qué es el Anarquismo? Etimológicamente viene del griego Arcos = jefe político y An = Sin. Anarquía = Sin jefe.

Pero es algo "más complejo" que los epítetos de caóticos, antisociales y vándalos que les propinan los capataces mediáticos. Hagamos una aproximación citando al Colectivo Libertario Oveja Negra (de La Coruña, España):

Dentro del anarquismo desde un principio se encuentran diferentes corrientes. Así según el papel del individuo en la sociedad se pueden distinguir dos principales: la individualista y la socialista. Podríamos citar a dos autores como "fundadores" del anarquismo moderno, Max Stirner –individualista- y J-P. Proudhon –socialista. La corriente socialista clásica, a su vez, en lo económico crearía dos escuelas: la colectivista representada por M.Bakunin, y la comunista representada por P.Kropotkin. Más adelante surgirían síntesis que intentarán reconciliar todas estas diferencias en lo que se ha venido a llamar el "anarquismo sin adjetivos" representado por autores como Enrico Malatesta o el vigués Ricardo Mella. No obstante no quedan aquí las diferencias en este movimiento heterogéneo. Según la tecnología se formará unas corrientes minoritarias contra el industrialismo que defendería una el anarquismo agrario, cuyo más salientable exponente será el escritor anarco-cristiano LeónTolstoi, y otra corriente aun más radical que hoy vuelve a florecer con autores como Ted Kaczyinski alias "Unabomber" o John Zerzan: el primitivismo o la anarquía verde. En lo concerniente a cual debe ser la piedra angular de la estructuración social nos encontramos en la actualidad tres tendencias principales: la que pone su énfasis en la organización económica, el anarcosindicalismo, representado teóricamente por autores como Gaston Leval o J.Peirats; otra que pone mayor énfasis en el municipio y la convivencia, el Municipalismo Libertario cuya filosofía será la Ecología Social cuyo máximo exponente será Murray Boochkin; y una tercera corriente que pone énfasis por igual en lo económico y lo político, con gente como el norteamericano Noam Chomsky. Para finalizar, una última distinción podría citarse, y esta es según la estrategia para alcanzar la sociedad libertaria; por un lado estarían l@s ultra-pacifistas con sus teorías de "no resistencia al mal" (Tolstoi...), l@s anarcosindicalistas que pretenden llegar a través de un proceso de captación de medios de producción para la autogestión obrera (la CNT en el Estado Español, la AIT a nivel mundial), l@s municipalistas que lo pretenden es ir libertando municipios e ir federándolos, l@s insurreccionalistas que propugnan por un enfrentamiento directo contra el poder a base de organizaciones pequeñas no federadas ni controlables, y l@s independentistas que pretenderán libertar territorios mediante el ejercicio de la autodeterminación.

por Juan Jorge Faundes M.

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Chomsky y el Anarquismo


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La Mujer, el Matrimonio y la Familia (M. Bakunin)

Derechos iguales para la mujer. Soy partidario, como el que más, de la completa emancipación de la mujer y de su igualdad social con el hombre.

La expresión "igualdad social con el hombre" implica que, junto con la libertad, pedimos iguales derechos y debe-res para el hombre y la mujer; es decir, la nivelación de los derechos de la mujer, tanto políticos como sociales y económicos, con los del hombre ; en consecuencia, deseamos la abolición de la ley familiar y matrimonial, y de la ley eclesiástica tanto como civil, indisolublemente ligadas al derecho de herencia.

Abolición de la familia jurídica. Al aceptar el programa revolucionario anarquista - único que ofrece, a nuestro entender, condiciones para una emancipación real y completa del pueblo común - y convencidos de que la existencia del Estado en cualquiera de sus formas es incompatible con la libertad del proletariado e impide la unión internacional fraterna de las naciones, expresamos la exigencia de abolición de todos los Estados.

La abolición de los Estados y del derecho jurídico implicará necesariamente la abolición de la propiedad personal hereditaria y de la familia jurídica basada sobre esta propiedad, porque ninguna de estas instituciones es compatible con la justicia humana.

Libre unión matrimonial. [Contra el matrimonio por compulsión hemos levantado la bandera de la unión libre.] Estamos convencidos de que al abolir el matrimonio religioso, civil y jurídico, restauramos la vida, la realidad y la moralidad del matrimonio natural basado exclusivamente sobre el respeto humano y la libertad de dos personas: un hombre y una mujer que se aman. Estamos convencidos de que al reconocer la libertad de ambos cónyuges a separarse cuando lo deseen, sin necesidad de pedir el permiso de nadie para ello - y al negar de la misma forma la necesidad de cualquier permiso para unirse en matrimonio, y rechazar en general la interferencia de cualquier autoridad en esta unión - los unimos más el uno al otro. Y estamos convencidos también, de que cuando ya no exista entre nosotros el poder coercitivo del Estado para forzar a los individuos, asociaciones, comunas, provincias y regiones a convivir en contra de su voluntad, habrá entre todos una unión mucho más estrecha, una unidad más viva, real y poderosa que la impuesta por el aplastante poder esta-tal.

La educación de los niños. Con la abolición del matrimonio se plantea la cuestión de la educación de los niños. Su crianza, desde el embarazo de la madre hasta su madurez, y su formación y educación, igual para todos -una formación industrial e intelectual donde se combinen la capacitación para el trabajo manual y mental- deben corresponder fundamentalmente a la sociedad libre.

La sociedad y los niños. Los niños no son propiedad de nadie: ni de sus padres ni de la sociedad. Sólo pertenecen a su propia libertad futura. Pero en los niños esta libertad no es todavía real; es sólo una libertad en potencia. Porque una libertad real -es decir, la conciencia plena y su realización en cada individuo, basada fundamentalmente en el sentimiento de la propia dignidad y en un auténtico respeto por la libertad y la dignidad de los otros, o sea basada en la justicia - sólo puede desarrollarse en los niños mediante un desarrollo racional de su inteligencia, carácter y voluntad.

De aquí se deduce que la sociedad, cuyo futuro depende por completo de la adecuada educación e instrucción de los niños y que, por tanto, no sólo tiene el derecho sino también la obligación de velar por ellos, es el único guardián de los niños de ambos sexos. Y como la futura abolición del derecho a la herencia convertirá a la sociedad en el único heredero, ésta tendrá que considerar como una de sus primeras obligaciones el suministro de todos los medios necesarios para el mantenimiento, la formación y la educación de los niños de ambos sexos, con independencia de su origen o de sus padres.

Los derechos de los padres se limitarán a amar a sus hijos y ejercer sobre ellos la única autoridad compatible con ese amor, en la medida en que esta autoridad no atente contra su moralidad, su desarrollo mental o su libertad futura. El matrimonio como acto civil y político, al igual que cualquier otra intervención de la sociedad en cuestiones amorosas, está llamado a desaparecer. Los niños serán confiados - por naturaleza, y no por derecho - a sus madres, quedando la prerrogativa de éstas bajo la supervisión racional de la sociedad.

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MURRAY BOOKCHIN ha muerto...

(Para ver algunos de sus textos: http://www.ucm.es/info/bas/utopia/html/bookchm.htm

"...El mundo desarrollado está acabando con muchos de sus recursos, con su crecimiento está comiéndose la biosfera, a un ritmo sin precedente en la historia humana, la deforestación por la lluvia ácida, la destrucción de la capa de ozono...El suelo que demoró milenios en formarse se está volviendo arena, ricas regiones boscosas llenas de vida compleja se han reducido a desolados paisajes lunares, los ríos, lagos y grandes regiones oceánicas se están convirtiendo en alcantarillas nocivas y letales. Los radionúcleidos junto con un sinfín de productos tóxicos en aumento, están invadiendo el aire que respiramos, el agua que tomamos y casi todos los alimentos que encontramos en nuestra mesa. ¿ Es el crecimiento un producto del consumo? ¿ O el crecimiento se debe al tipo de producción para una economía de mercado? Donde la verdadera realidad,..es que la demanda de nuevos productos por parte del consumidor rara vez ocurre de forma espontánea... Debemos convencernos de que esta sociedad no sólo es dura e inservible, sino que sus propias leyes vitales prevén la destrucción del planeta y de las bases para la supervivencia de la especie humana. ...Ya es hora de que nosotros, los verdes, propongamos una visión libertaria, una visión anarquista que conduzca a la gente... algunos movimientos han tratado de conseguir objetivos verdes actuando desde arriba a través de leyes, y siempre se han visto obligados a ceder, abandonando una posición tras otra...el objetivo principal se desvanecerá frente a los objetivos a corto plazo. Los compromisos de los males menores nos llevarán a males aún peores... Ahora razonan en términos de mal menor, siempre de mal menor, de males siempre menores, que al final les conduce al peor de los males. Esto es lo que la historia nos ha enseñado desde siempre. ...Debemos proponer estas nuevas alternativas, estas nuevas instituciones fundadas en una democracia local..., en lugar de la corrupta y ya repudiada política de partido, que hace a las personas cínicas, indiferentes, siempre más encerradas en su propia esfera privada. Los anarquistas que están de acuerdo deberían reunirse y desarrollar sus objetivos en un punto crítico, en un lugar crítico, y formar reuniones, grupos de afinidad en zonas donde puedan obtener ciertos resultados, resultados notables, no movilizarse en zonas de gran resistencia, donde con toda seguridad serán aniquilados, derrotados, desmoralizados..."

MURRAY BOOKCHIN Nació en Nueva York en 1921, de padres inmigrantes rusos que habían participado en el movimiento revolucionario ruso durante la época de los zares. Muy pronto, en los años treinta entró en el movimiento juvenil comunista, pero al final de esa década se mostró decepcionado por su carácter autoritario. Durante los años de la guerra civil española, Sse involucró en el movimiento neoyorkino de sostén a España (Support Spain), él era demasiado joven para participar directamente, aunque algunos de sus amigos mayores murieron en el frente de Madrid. , Ppermaneció con los comunistas hasta el pacto entre Stalin y Hitler en 1939, fecha en la que fue expulsado por desviacionismo anarco-troskista.

Se incorporó al movimiento obrero y participó activamente en la organización de sindicatos al norte del Estado de Nueva Jersey cuando trabajaba en una fundición, para el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO). Colaborando activamente con el movimiento Troskista americano, durante los años cuarenta trabajó en la industria de fabricación de automóviles, militando durante diez años en la United Auto Workers (AUW), organización netamente libertaria antes de que Walter Reuther se convirtiera en su presidente. , Después de participar en la gran huelga de la General Motors en 1948, empieza en esa época a cuestionarse todas sus concepciones tradicionales acerca del papel hegemónico de la clase trabajadora industrial, escribiendo en años posteriores extensamente sobre el tema.

Durante esa época sSe conviertertió en un socialista libertario, colaborando estrechamente con exiliados alemanes en Nueva York que habían abandonado el comunismo y se desplazaban hacia una perpestivaperspectiva anarquista (Internationalen Kommunisten Deutschlands). Muchos de sus artículos de los primeros años se publicaron en Dinge der Zeit, así como en su publicación hermana en lengua inglesa. Comtemporary Issues. Su primer libro: The Problem of Chemicals in Food, se publicó en Alemania. Fue uno de los primeros en escribir sobre ecología, tanto en los EEUU como en la Alemania Federal. Sus escritos contribuyeron a reformar la legislación alemananalemana sobre farmacología y alimentación.
En
En los años sesenta se involucró en los movimientos contraculturales y de Nueva Izquierda. Su primer libro americano: Our Synthetic Enviroment se publicó en 1962. Luego escribió Crisis in our Cities, 1965,. Una colección titulada: El anafquismoanarquismo después de la escasez,, 1971, comprendía ensayos tan innovadores como ecoplogy Ecólogo and Revolutionary thougt 81964) o Towards a Liberatory Technology(1965) que adelantaban la importancia crucial del tema ecológico y de las energías alternativas para los movimientos progresistas de cualquier signo. Hacia el final de los sesenta, en los EEUU y Gran BreyañaBretaña circularon por lo menos 100.000 copias de su crítica al marxismo tradicional: Listen, Marxist! (1969), influenciando profundamente al movimiento de la Nueva Izquierda americana.

En los ultimosúltimos años de la década dio clases en la Universidad Alternativa de Nueva York. En 1974 participó en la fundación del Instituto para la Ecología Social de Vermont, y asumió su dirección, adquiriendo reconocimiento internacional por sus cursos sobre ecofilosofía, teoría social, y tecnologías alternativas. Empezó igualmente a dar clases en el Rampo College de Nueva Jersey, convirtiéndose en catedrático de teoría social, cargo del que se retiraría en 1983 como profesos emérito.

Sus libros siguientes: Thle Limits of the City, 1974, The Spanish Anarchists,1977, y Toward an Ecologycal Society,1981, permanecen como preludio a The Ecology of Freedom, 1982, reeditado en 1991, y editado ahora en España por las editorial Nososa y Jara, obteniendo gran reconocimiento por parte de la crítica, incluida la académica como la revista American Antrhopologist. Sus aertículosartículos aparecen desde ñps los años cincuenta en multitud de periódicos. Su libro The Rise of Urbanization and the Decline of Citizenship, es una investigación histórica sobre la autogestión y el confederalismo. Sus trabajos más recientes son Remaking Society,, 1989 y The Philosophy of Social Ecology, 1990, revisado en 1994.

A sus setenta años vivió semirretirado en Burlington, Vermont, impartió dos cursos básicos cada verano en el Instituto para la Ecología Social y da conferencias ocasionales en los EEUU y Europa. Fue consultor editorial de Anarchist Studies y de Society and Nature. Junto con su compañera Jane Bieh, y otros, publicó hasta la fecha más de treinta números de la revista teórica Green Perspectives. En el año 1994 empezó a trabajar en una compilación histórica y social de la filosofía dialéctica de la naturaleza, The Politics of Cosmology, publicada en 1998, y en el segundo volumen de una historia en dos tomos de los movimientos populares revolucionarios. The Third Revolution, el primero de ellos apareció en 1996. Su libro Reenchanting Humanity fue publicado en 1996. Desgraciadamente ha sido editado muy poco en lengua castellana.
El 30 de julio de 2006 falleció en su casa, al padecer un infarto. Contaba 85 años

Bookchin evolucionó desde un maxismo tradicional hacia la izquierda libertaria, en la tradición anarquista de Kropotkin. Su mayor contribución a esta tradición ha sido integrar los conceptos de la descentralización, la organización no jerárquica y el socialismo con la ecología, desde una ética y una filosofía arraigadas en la izquierda libertaria.

Una de sus propuestas más recientes es lo que él llama el Municipalismo libertario, basada en la recuperación de las asambleas populares y la democracia directa a los niveles muncipal, de vecindad y de barrio. Para evitar que ello conduzca a un provincianismo en las ciudades propone un confederalismo cívica, demandando también una economía municipalizada, por oposición al sistema capitalista y a la economía socializada marxista.

Resumen de la biografía publicada en el nº 68 de la Revista Polémica de Abril de 1999. Firmada por Jane Biehl


Bibliografía en castellano:

El anarquismo en la sociedad de consumo. Barcelona: Kairós, 1974.

Los límites de la ciudad. Madrid: Blume, 1974.

Los anarquistas españoles. Barcelona: Grijalbo, 1981.

Por una sociedad ecológica. Barcelona: Barcelona, 1984.

Ecología libertaria. Madrid: Madre Tierra, 1991.

La ecología de la libertad : La emergecía y la disolución de las jerarquías, Móstoles: Nossa y Jara, 1999.

El Municipalismo libertario. En Polémica, nº 68 Abril 1999.

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